Viajar en silla de ruedas: lo que todo acompañante debería saber
- Manuela Ocaña
- 8 jul
- 3 Min. de lectura
Viajar con una persona en silla de ruedas puede parecer un reto, especialmente si nunca lo has hecho antes. Pero con un poco de planificación, empatía y sentido común, puede convertirse en una experiencia muy enriquecedora para todos.

A continuación, os compartimos unos consejos prácticos para hacer el viaje más fácil y ameno.
1. La planificación es la mitad del viaje
Uno de los mayores errores que se pueden cometer es improvisar. La accesibilidad varía mucho entre ciudades, alojamientos y transportes. Lo mejor es investigar previamente:
Llama al hotel y asegúrate de que la habitación adaptada lo sea de verdad (plato de ducha a ras de suelo, espacio suficiente para maniobrar, ascensor amplio…).
Consulta si los lugares que vais a visitar tienen acceso para sillas de ruedas. Algunas webs lo indican, pero en muchas ocasiones, llamar directamente da mejor resultado.
Si viajáis en tren o avión, avisa con antelación para que preparen asistencia. No lo dejes para el último momento.
Elegir en qué momento del año viajar es clave también para evitar aglomeraciones, es recomendable elegir periodos con más baja demanda para que el viaje sea más agradable y fácil.
2. Transporte sin sobresaltos
Moverse puede ser complicado si no se tienen en cuenta ciertas cosas. Si vais a coger un avión, recuerda que las compañías permiten llevar una silla de ruedas sin coste extra, pero es crucial comunicarlo al reservar. En estaciones y aeropuertos suele haber servicios de asistencia gratuita que ayudan a embarcar y desembarcar.
Los coches adaptados para sillas de ruedas han de tener una rampa o plataformas para subir la silla, y si es un trayecto largo, haced paradas frecuentes para que la persona esté cómoda. Si alquiláis un vehículo, pregunta si tienen modelos adaptados.
3. Escucha activa y empatía
Aunque no lo creas, muchas veces lo que más ayuda no es empujar la silla, sino escuchar. Pregunta siempre antes de hacer algo:
“¿Te viene bien que vayamos por aquí?”
“¿Necesitas ayuda para entrar?”
No des por hecho que necesita ayuda para todo. Acompañar no es tomar el control, sino caminar al lado.
4. Lleva un kit práctico de viaje
Una pequeña mochila con lo esencial puede ahorrar muchos dolores de cabeza. Algunos básicos son:
Almohadillas para mayor comodidad si el trayecto es largo.
Guantes para proteger las manos si la silla de ruedas es manual.
Herramientas básicas por si la silla necesita un ajuste.
Snacks, agua y medicación en mano.
Y algo que parece una tontería, pero no lo es: una manta ligera por si refresca. Las personas que van en silla suelen enfriarse más rápidamente and no tener tanto movimiento físico.
5. Busca experiencias compartidas
El objetivo del viaje no es solo “llegar”, sino disfrutar juntos. Escoge actividades en las que todos puedan participar. Cada vez hay más rutas turísticas accesibles, museos con recorridos adaptados o incluso experiencias de aventura pensadas para personas con movilidad reducida.
Por ejemplo, ciertas playas disponen de alquiler de sillas anfibias para que la persona en silla de ruedas pueda disfrutar mejor de la playa y refrescarse más cómodamente.
6. Acepta los imprevistos con humor
No todo saldrá perfecto. Habrá aceras imposibles, rampas que no lo son, y momentos de frustración. Pero lo importante es cómo se afrontan. Reírse juntos de las pequeñas dificultades y buscar soluciones en equipo une muchísimo.
Viajar con una persona en silla de ruedas te enseña a mirar el mundo con otros ojos, a valorar la accesibilidad (o su falta) y a ser más consciente. Pero, sobre todo, te regala la oportunidad de compartir momentos únicos con alguien a quien quieres. Porque lo que más importa, en cualquier viaje, es el camino que se recorre juntos.
コメント